Según el INDEC en el segundo semestre 2023, el índice de pobreza alcanzó el 41,7% mientras que la indigencia llegó al 11,9%. Entre las infancias, la pobreza fue del 58,4% y la indigencia del 18,9%. Según los datos del mismo organismo, el ingreso promedio de los hogares pobres se situó en $211.184 a fines del segundo semestre del año pasado. Una postal desoladora.
Estos índices son obra del ajuste que aplicó el gobierno anterior por pedido del FMI y del golpe devaluatorio ejecutado por Milei y Caputo a los pocos días de asumir. Sin embargo, una medición actual arrojaría resultados aún más graves porque el gobierno de la Libertad Avanza se ha dado la tarea de destruir los ingresos de las mayorías.
La política oficial, desde diciembre a esta parte, se ha constituido de techos salariales, despidos, congelamiento del Potenciar Trabajo, ajuste sideral en jubilaciones y asignaciones familiares, desabastecimiento de los comedores comunitarios, suspensión de la Beca Progresar y suba del transporte. Mientras se esperan nuevos tarifazos y saltos cambiarios, con lo que el rumbo empobrecedor del gobierno seguirá su curso.
Las y los piqueteros que trabajan mitigando el hambre en las barriadas, poniéndose al frente de los comedores populares, se preparan para salir a las calles nuevamente, contra el protocolo represivo y la campaña de estigmatización, para poder levantar los reclamos ante la realidad desesperante y apelando a la acción directa como única vía posible para derrotar la “motosierra” del gobierno que hunde en la pobreza a la población.