La abuela de Paysandú, Uruguay (ROU), viajaba en su auto con dos de sus nietos cuando el vehículo despistó y volcó, terminando muchos metros adentro de un campo.
El primero en acudir al lugar fue un camionero, quien notó la desaparición de las luces del auto accidentado y decidió detenerse para ayudar. Además, al menos tres jóvenes, una persona de la zona con un niño en su camioneta y varios otros conductores que también pararon para prestar asistencia, se unieron en el rescate.
Afortunadamente, los nietos salieron prácticamente ilesos y la abuela sufrió solo una fractura de clavícula y múltiples contusiones. A pesar de las circunstancias, la rápida y solidaria acción de estos desconocidos fue crucial.
La abuela, profundamente agradecida, ahora busca a esas personas que hicieron su parte en ese difícil momento. “Nos ayudaron a salir del auto, a comunicarnos con nuestra familia, buscaron nuestras pertenencias más importantes y documentos y, sobre todo, nos transmitieron calma y se ocuparon de mis nietos, que en ese momento fue lo más importante para mí”, expresó con gratitud.
Esta historia no solo destaca la solidaridad de aquellos que asistieron, sino también la esperanza y el agradecimiento en situaciones adversas. La abuela espera poder encontrarlos para transmitirles su infinito agradecimiento en persona.