Hay muros sociales que nos dividen. Así como hay “rostros invisibles”, también hay muros que no se ven pero que están y son necesarios derribar. Para eso se requerirá de impulsos decisivos en el rumbo social, político y económico, buscando con ello disminuir la tensión social imperante de este tiempo. Sobre estos muros expresa el filósofo Búlgaro Tzvetan Todorov que “la Historia nos ayuda a salir de la ilusión maniquea en la que a menudo nos encierra la memoria: la división de la humanidad en dos compartimentos estancos. Buenos y malos, víctimas y verdugos, inocentes y culpables”.
La alteridad política
Ya que a estos muros los construye la política, todo o mucho depende en cierta manera de la forma en que se ejerce este arte, por eso el concepto de alteridad es una interesante manera de afrontar su comprensión. ¿Qué es esta conjunción de alteridad con la política entonces? Es un principio filosófico donde se cambia el punto de apoyo para el análisis y consideración respecto de las demás personas en relación a nosotros.
Sería cambiar el eje de la perspectiva personal (el “yo”) por la que visualiza la otra persona al que conocemos coloquialmente como, el “otro”. Con alteridad política, cuando al “otro” en la comprensión o análisis se lo abraza, ya no puede decir “nosotros o ustedes”, con esto se queda automáticamente sin ese “ustedes”. Ahora “ellos” son los que dicen ser ese “nosotros”, entonces entre el “nosotros y ellos”, entre “ellos y el nosotros”, “ellos son nosotros” y “nosotros seguimos siendo siempre nosotros”. Con este sano ejercicio filosófico, la inclusión se pone en marcha y ahí sí el cambio pasa a ser su consecuencia.
Análisis
Ver esta manera de analizar las cosas, en cuanto al aspecto político, resulta aplicable para apreciar con mayor objetividad diferentes situaciones o hechos que siempre tendrán que ver con personas, todas diferentes pero muchas veces unidas por un hilo conductor ideológico o emotivo. En esas diferencias el respeto es la consecuencia del análisis, o al menos debería serlo. Entender porqué el otro es como es, diferente pero desde su mirada, ayuda y mucho a razonar entre todos. Por eso las diferencias nos enriquecen y el respeto nos une.
La alteridad política debe servirnos para reconocer la dignidad de cada uno, la propia y la de los demás en un marco de hermandad. Ocurre que necesitamos construir comunidad, porque al fin de cuentas somos seres humanos y la diversidad de la especie humana se manifiesta en las diferentes formas de pensar, sentir, actuar y construir la cosmovisión. Esa comunidad nos debería servir para sostenernos y ayudarnos unos a otros a mirar hacia delante, de reojo hacia el pasado, pero enfocados plenamente hacia el futuro.
Sumar sumar
Si aplicamos esta visión filosófica, el no descalificar a nadie sería un buen inicio. Básicamente lo que se necesita en este tiempo para respetar a los que no piensan como uno. Porque “naides es más que naides” dijo “Pancho” Ramírez y por eso todos somos importantes en cierta medida, donde las únicas diferencias posibles deben ser sólo las responsabilidades que tenga cada uno en su paso por la vida, en un momento determinado y en un lugar específico. Por eso, sumar sumar es la clave, dejando de lado las descalificaciones y agravios sin sentido, algo que por supuesto atrasa y resta.
Si bien resulta difícil poder consensuar una estrategia de desarrollo en el tiempo actual, claramente con voluntad política y gestos de grandeza se puede dejar de lado aquello que nos separa y aisla. Tenemos que aprender a ser iguales entre las diferencias, con “juntidad” o unidad, pero en una diversidad reconciliada. Sumar así algo positivo a la construcción altruista de poder, a la real vocación política de trabajar por el bien común y por un objetivo superior que sea en beneficio del conjunto. Sencillamente porqué si con alteridad política nos ponemos en lugar del otro, capaz podemos interpretar porqué piensa como piensa, porqué opina como opina y porqué actúa como actúa.
Con tal de derribar esos muros invisibles que tanto daño nos hacen, soñemos con utopía la llegada de una hermandad social, política y fraterna. Que nos permita caminar en una senda hacia un horizonte con la fortaleza de la fe o la riqueza de las convicciones, con todas las voces habidas o por haber, con gritos silenciosos o silencios ruidosos, pero con viva voz y desde el alma. Recordemos que lo nuestro es la gente, lo único que debe importarnos. Quien ama a su pueblo derriba los muros.
(*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-