Hace pocos días atrás conmemoramos el Día de la Soberanía Nacional, hecho institucional y político que se recuerda en el calendario de aniversarios nacionales, a instancias del historiador José María “Pepe” Rosa, por medio de la Ley Nacional Nº20.770 del año 1.974. Recién por el Decreto Nacional N°1.584 del año 2.010 se incorporó como feriado nacional.
La fecha elegida tiene relación con el combate de la “Vuelta de Obligado”. Cuando el 20 de noviembre de 1845 las potencias de Gran Bretaña y Francia se juntaron para atacar a la “unión de hecho” que figurativamente era nuestra Argentina. El objetivo de los enemigos era netamente de índole económico basado en la política. Ante la estrategia desplegada por las fuerzas anglofrancesas, las tropas patriotas “encadenaran” el río para defender la soberanía en el recodo más delgado del ancho Río Paraná en lo que hoy es la localidad de Obligado, partido de San Pedro, provincia de Buenos Aires.
Soberanía Política
¿Que sería defender nuestra soberanía hoy? En relación al “poder detrás del trono”, el poder real, existen dos modelos políticos muy diferenciados, un modelo participativo, donde el poder representa anhelos comunitarios de justicia social, independencia económica y soberanía política; y un modelo excluyente, donde el poder permanece en círculos estrechos de influencia y presión con fines especulativos, a expensas del desarrollo integral del país (subdesarrollo y pobreza), enmascarados en una falaz libertad. En el medio la gente y las discusiones y debates cada vez más alejados del beneficiado o perjudicado de manera directa, el pueblo.
Para Julían Licastro “la soberanía política pertenece al protagonista de la organización nacional que es el pueblo, en la plenitud de sus derechos políticos constitucionales. Se proyecta, así mismo, en la identidad nacional y su presencia en el concierto mundial. Exige la defensa de la soberanía territorial y cultural contra toda forma de colonialismo, satelización o agresión”.
En el último tiempo hemos visto como ha habido un “cambio” de método por el cuál varios dirigentes políticos de distinto género se han mimetizado con el espectro dominante actual, abandonando las reivindicaciones nacionales y sociales del pueblo. Capaz por la frustración latente de quienes confiaron en un “cambio real”, lo que surge de las grandes contradicciones económicas y sociales que existen y se profundizan cada vez más. Todo puede ser, lo que no podemos es claudicar en la defensa de nuestra soberanía.
Por eso, ante esta realidad, urgen tiempos de preparación de grandes iniciativas que generen esperanza en el abordaje del destino del nuevo Proyecto Nacional y que logren encender los corazones e imaginación de los cuadros de conducción para “ver, apreciar, resolver y actuar”, con una fuerza orgánica a desarrollarse mediante un nuevo y “oxigenado” Movimiento Nacional. Un gran encuentro heterogéneo que sintetice la representación de un espectro político de raigambre patriota y nacionalista, por contraposición al liberal pro imperialista. Una unidad en la diversidad con grandes objetivos para la Nación en relación a beneficios directos para el pueblo. La gente.
La esperanza
El desafío mayor pasa por generar una participación que tenga como verdadero protagonista al pueblo e ir por la ejecución de un programa que sea acorde a nuestras reales necesidades económicas y sociales, buscando una cohesión de las fibras íntimas que componen históricamente el campo nacional (tarea nada fácil por cierto).
La única manera de volver a representar la esperanza en la gente será buscando una verdadera soberanía política que ponga fin de una buena vez a un modelo excluyente, a un modo de ejercer la política sin esencias ni contenidos, que termine con la búsqueda del poder por el poder mismo, que de fin a la mera ambición de cargos para beneficio personal o de satisfacción de egos.
Expresa el Papa Francisco que “la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a los ideales que hacen la vida más bella y digna”. Sigamos defendiendo nuestra soberanía, “encadenemos el río” de las incongruencias y las banalidades políticas para que podamos ganar nuestro combate mejorando la vida de la gente y dándole esperanza al pueblo. El poeta peruano José Santos Chocano nos enseñó con su pluma que “el ave canta, aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas”. Ser soberanos, de nosotros depende.
(*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Congresal Provincial del PJ ER. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-