Bajo un cielo gris y con el aire impregnado de respeto, la comunidad de Basavilbaso volvió a reunir su memoria colectiva para rendir homenaje al Oficial Inspector Jorge Ramón Aguet, a 32 años de su trágica muerte durante un operativo policial en 1993. Pero más que un acto de conmemoración, la ceremonia se convirtió en un testimonio vivo del compromiso, la ética y el sacrificio que definieron su vida.

Organizado con especial cuidado por el Comisario Principal José Luis Lorenzo Hoffmann, el evento se desarrolló frente a la comisaría local, transformando el dolor de una pérdida irreparable en una oportunidad para reforzar valores fundamentales de la fuerza: lealtad, servicio y entrega.

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“El uniforme no es tela. Es un pacto con la vida ajena”, recordó con voz firme un veterano presente, sintetizando el espíritu del homenaje.

El acto fue encabezado por el Comisario Mayor Esteban Darío Allegrini, Jefe de la Policía Departamental Uruguay, acompañado por el Intendente Hernán Besel, familiares del oficial caído —Elsa Bonato (viuda), Malvina y Gustavo Aguet (hijos), y Miguel Ángel Aguet (hermano)—, y numerosos camaradas y vecinos.

También dijeron presente figuras claves de aquel fatídico día: el Comisario General (R) Félix Cabrera, quien era jefe departamental en 1993, y el Sargento Ayudante (R) Ricardo Alberto Benítez, único sobreviviente del operativo en el que Aguet perdió la vida.

Un legado de ética e integridad

La figura de Aguet ha trascendido el tiempo no solo por cómo murió, sino por cómo vivió su vocación. Durante el acto, Hoffman destacó la “obsesión ética” que marcó su carrera y su firme rechazo a la deshonestidad dentro y fuera de la fuerza. Ese rasgo, señaló, fue lo que “selló su leyenda policial”.

El homenaje no solo convocó a autoridades policiales de doce comisarías vecinas, sino también a una multitud de ciudadanos que se acercaron de forma espontánea. Muchos de ellos no conocieron personalmente a Aguet, pero reconocen en su nombre un símbolo de la lucha por una policía íntegra y cercana a su gente.

Memoria activa para no olvidar

Cada palabra pronunciada, cada bandera izada, cada silencio guardado fueron parte de un mismo mensaje: la memoria no es un ejercicio del pasado, sino un compromiso con el presente y el futuro. Basavilbaso no olvidó, y no olvida, a quienes dieron todo por protegerla.

Porque recordar al Oficial Aguet no es solo honrar a un héroe caído. Es, también, renovar la promesa de que su ejemplo seguirá guiando a quienes hoy portan el uniforme con la misma convicción con la que él lo vistió.