La crisis laboral en el municipio de San José está alcanzando niveles alarmantes. Los empleados municipales, que durante años han trabajado en condiciones precarias, ahora se enfrentan a una nueva etapa de descontento y desesperanza bajo la gestión del intendente Gustavo Bastián, de Mas Entre Ríos. A medida que la administración municipal parece desvincularse cada vez más de las necesidades de los trabajadores, la brecha entre los recursos destinados a funcionarios y cooperativas cercanas y las condiciones de los empleados esenciales se amplía.
El principal reclamo de los trabajadores es el salario, considerado el más bajo de la región, lo que pone en evidencia una clara disparidad en relación con el costo de vida local. “Trabajamos muchas horas, en condiciones inseguras y con sueldos que no nos alcanzan para cubrir lo más básico. Nos sentimos olvidados”, señala uno de los empleados que prefirió mantener su identidad en reserva por temor a represalias.
A este drama se le suman los riesgos laborales. Los trabajadores denuncian que no cuentan con la ropa adecuada ni con los elementos de seguridad necesarios para realizar sus tareas de forma adecuada, lo que pone en peligro su integridad física. Este incumplimiento de derechos básicos es otro de los puntos que genera malestar, pues la legislación laboral establece claramente que estos insumos deben ser proporcionados por el empleador.
Pero el descontento no se limita al plano laboral. Los sindicatos que deberían defender los derechos de los empleados, como COYEM y ATE, también han recibido fuertes críticas. Muchos empleados aseguran que han acudido a ellos en busca de apoyo, pero las respuestas no han sido satisfactorias. “Hemos tocado muchas puertas, pero no hemos recibido ninguna respuesta concreta. La sensación de abandono es total”, asegura un trabajador municipal.
En paralelo, las decisiones políticas del gobierno local aumentan la frustración. La administración de Bastián ha incrementado el número de funcionarios y destinado grandes sumas a cooperativas que, según los empleados, estarían más cercanas a intereses políticos que a necesidades reales de la comunidad. Mientras tanto, los recursos que deberían estar destinados a mejorar las condiciones laborales de los empleados se diluyen en estructuras administrativas y proyectos ajenos a la verdadera problemática social.
La creciente tensión entre los trabajadores y la gestión municipal es palpable, tanto en el ámbito laboral como en la calle y las redes sociales, donde los empleados han comenzado a expresar sus quejas. Sin embargo, muchos temen represalias por hablar abiertamente, lo que añade un clima de temor a la denuncia.
La pregunta que se plantea es clara: ¿cuál es el verdadero costo de una administración que prioriza a los funcionarios y cooperativas amigas por encima de sus trabajadores esenciales? Mientras los empleados municipales de San José continúan luchando por una mejora en sus condiciones laborales, la administración de Gustavo Bastián parece estar alejándose cada vez más de las necesidades reales de la comunidad.
En este contexto, el futuro de los empleados municipales depende de la capacidad de la sociedad, los sindicatos y las autoridades para escuchar sus demandas y tomar acciones concretas que mejoren sus condiciones de trabajo y salario. De no ser así, la crisis podría profundizarse aún más, afectando no solo a los trabajadores, sino a toda la comunidad de San José.
Infoplamares – Uruguyenses
