La situación en Granja Tres Arroyos se agravó significativamente cuando la empresa anunció la suspensión de sus operaciones y el cierre de sus instalaciones en la madrugada del miércoles. Esta decisión desencadenó una inmediata reacción por parte de los trabajadores, quienes primero se concentraron en las puertas del frigorífico para luego trasladarse hacia Plaza Ramírez, donde realizaron una manifestación frente al Centro Cívico.
En busca de respuestas, los empleados lograron una reunión con el intendente José Lauritto en el salón del Honorable Concejo Deliberante. El encuentro, que se extendió por más de una hora, estuvo marcado por momentos de alta tensión y cruces verbales entre los trabajadores y el funcionario municipal. Ambas partes expusieron sus perspectivas sobre el conflicto, aunque sin llegar a soluciones concretas.
Durante la reunión, los trabajadores expresaron su profunda preocupación por la situación actual. Muchos de ellos compartieron testimonios sobre deudas pendientes y la angustia ante el inicio del ciclo escolar de sus hijos, evidenciando el impacto directo en sus familias.
Este caso se suma a una problemática que se replica en diferentes puntos del país, donde numerosos trabajadores enfrentan despidos masivos. La situación se agrava ante las escasas oportunidades laborales disponibles, dejando a muchas familias en una posición vulnerable y sin perspectivas claras de reincorporación al mercado laboral.
La crisis en Granja Tres Arroyos refleja un panorama más amplio de inestabilidad laboral que afecta a diversos sectores productivos, generando incertidumbre en cientos de hogares argentinos que dependen de estos empleos para su subsistencia.
