En la planta de la Compañía Central Pampeana (CCP), ubicada en el ex Frigorífico Yuquerí, en el barrio Benito Legerén de Concordia, el gobernador rememoró el inicio de su gestión como «el momento en que tuvimos el honor de asumir la mayor responsabilidad de nuestras vidas, para mí y para todo mi equipo que está acá presente, incluso también para el intendente de Concordia (Francisco Azcué)».
«Nos hicimos cargo de nuestra provincia después de 20 largos años de un mismo signo político gobernándola. En el caso de mi amigo el Gringo Azcué, 40 larguísimos años», añadió.
Resaltó que este año fue el inicio de un «cambio de rumbo, el inicio de un cambio cultural, fundamentalmente para el rol del Estado en nuestra provincia». «Y también el inicio de un camino de desarrollo y de progreso que, lamentablemente, desde hacía muchísimo tiempo habíamos abandonado», reflexionó.
Recibimos la provincia en una situación crítica
Rogelio Frigerio recordó que asumió el 11 de diciembre del año pasado «sin beneficio de inventario y sin excusas, poniéndonos inmediatamente a trabajar para arreglar y ordenar todo lo que habíamos encontrado. En ese momento la situación era dramática». Agregó que «las cuentas estaban totalmente en rojo, no teníamos los recursos para pagar los sueldos de diciembre». Inmediatamente, detalló que, en ese momento, «el gobierno nacional empezó a cortar todas las transferencias presupuestarias. Teníamos nuestra Caja de Jubilaciones provincial a punto de estallar. Teníamos que hacer frente a los pocos días de asumir a una deuda millonaria en dólares que se había generado en el gobierno anterior».
Dijo que «teníamos, además, que enfrentar problemas estructurales muy importantes. El 50 por ciento de la población económicamente activa de nuestra provincia está vinculado con el Estado cuando en otras provincias como Santa Fe y Córdoba, es de aproximadamente el 30 por ciento».
Se refirió a las rutas y caminos destrozados, a la falta de incentivos para invertir, a los malos resultados en materia educativa y al sistema de salud «totalmente desequilibrado e injusto».
Las prioridades
Insistió: «recibimos una bomba de tiempo y la pudimos desactivar, sobre todo en las cuestiones más urgentes: poder pagar los salarios y la jubilaciones en tiempo y forma; salvar la Caja de Jubilaciones provincial; poder pagar la deuda y no caer en default; hacernos cargo de la deuda en materia de obra pública y, más recientemente, la intervención del Instituto de Obra Social de nuestra provincia (Iosper) que también venía generando un déficit creciente y una caída dramática en la calidad de las prestaciones de salud para sus afiliados».
Explicó que «el desafío más grande que enfrentamos fue buscar el equilibrio de nuestras cuentas públicas sin descuidar lo más esencial que necesitan los entrerrianos para vivir y desarrollarse: la alimentación, el trabajo, la educación, la salud, la seguridad, la energía y el transporte».
El mandatario resaltó que la gestión a su cargo hizo,»sin lugar a dudas, el ajuste de la política y del gasto improductivo más importante de la historia de nuestra provincia, pero sin descuidar la calidad de vida de nuestra gente. Nos hicimos cargo además, de áreas donde la Nación dejó de hacerse cargo. El Fonid (Fondo nacional de Incentivo Docente) y la Conectividad en nuestro sistema educativo, aumentamos los subsidios al transporte público de pasajeros y la tarifa eléctrica en donde pusimos subsidios crecientes para compensar los aumentos de la generación eléctrica en la boleta de luz, además de congelar el VAD y eliminar los impuestos provinciales de la boleta».
«El ajuste empezó por los privilegios de la política»
En este sentido, dijo que «es un esfuerzo, no de nuestro gobierno únicamente, sino de todos y cada uno de los entrerrianos, pero la gran diferencia es que hoy vale la pena y que, además, el ajuste empezó por donde tenía que empezar, por los privilegios de la política y los gastos improductivos del Estado».
Al respecto, describió: «Reducimos a la mitad los cargos de la política, eliminamos los gastos reservados, se redireccionaron los autos -que antes se estaban muchas veces para uso personal de algunos funcionarios- a la Policía y a muchos gobiernos locales. Recortamos dramáticamente las adscripciones y eso nos permitió ahorrar cerca de 7.000 millones de pesos este año».
Además, cesó «el desorden que encontramos en los alquileres, que nos obligaban a pagar mucho más recursos de lo que falta. Reordenamos también toda la política de subsidios y reformamos el sistema de compras para que nadie se lleve nunca más lo que es de todos».
En cuanto a la previsión social, Frigerio recordó: «Impulsamos, además, en esta reestructuración y reforma de nuestra Caja de Jubilaciones provincial, las pensiones vitalicias. Arrancamos por ahí, por eliminar las pensiones vitalicias del gobernador y la vicegobernadora».
Un nuevo perfil estatal
Dicho esto, marcó su determinación: «Estamos cambiando el Estado y lo ponemos al servicio de la gente y del sector productivo, no de los políticos, como era en el pasado. El protagonista de nuestro plan de desarrollo es, sin lugar a dudas, el sector productivo, nuestro norte. Lo único que nos va a sacar adelante como provincia es incrementar sustancialmente el empleo en el sector privado».
En una nueva enumeración de acciones, amplió: «Para eso sabemos lo que tenemos que hacer, darle transitabilidad a nuestros caminos, a las rutas provinciales y a los caminos de la producción. El martes, precisamente, arrancamos con el plan de bacheo en la ruta (provincial) Nº 20, que se va a trasladar al ciento por ciento de las rutas de la provincia y, por supuesto, también de los caminos provinciales».
A tono con esto, expuso sobre otro escenario de acción: «Peleamos por obtener fondos del gobierno nacional para asistir a los productores. Fondos que muchas veces y durante mucho tiempo permanecían en algún lugar del Estado y no le llegaban a los productores».
Sobre la activación del crédito, el mandatario ponderó: «Somos la provincia que más créditos gestionó ante el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para nuestros productores. Rápidamente, en Agroactiva colocamos todos los créditos que habíamos propuesto y también una de nuestras promesas: empezamos con los créditos para los tamberos del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior)».
Y para incentivar la inversión, comentó sobre más iniciativas. «No sin dificultad, hay que reconocerlo, impulsamos la adhesión al RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) y también la adhesión a nuestro Régimen de Incentivo para Nuevas Inversiones (RINI). Tenemos en camino un nuevo régimen de iniciativa privada y una nueva ley de compra que también va a favorecer y a incentivar la inversión y el empleo».
Frigerio también celebró la exitosa implementación del Documento Único de Tránsito (DUT).
«Y no descuidamos lo más importante: la calidad educativa, la formación de los futuros trabajadores de este sector productivo que queremos defender», acotó.
En la continuidad, Frigerio enalteció el potencial de Entre Ríos al decir: «La fuerza productiva de nuestra provincia está más viva que nunca y el hecho de hacer este acto hoy, acá, en Concordia y en Yuquerí, tiene que ver con eso. Este frigorífico, de alguna manera, es sinónimo de esa fuerza productiva».
Tenemos que sacarle el pie de encima a los que producen y a los que invierten, tenemos la obligación como Estado de ayudar a desplegar el enorme potencial que tenemos como fuerza productiva», siguió.
«Esta fuerza que vemos en ustedes, la vemos todos los días en cada parte de nuestra provincia y en cada entrerriano. Si el campo y la industria de Entre Ríos nunca bajaron los brazos es porque los entrerrianos nunca aflojaron», agregó.
Concordia
En el tramo final, Rogelio Frigerio hizo referencia a la reparación que se intenta hacer de la marca social que tiene la segunda ciudad más poblada de Entre Ríos. «Hacer esta presentación, este racconto de realizaciones, este año acá en Concordia, también tiene el propósito -como se lo comentaba recién al intendente (Francisco Azcué)- de cumplir con otro de nuestros objetivos: de dejar para siempre la estigmatización de Concordia como una ciudad de pobreza y de corrupción».
«Concordia va a ser una ciudad de producción, de desarrollo y de trabajo», proclamó.
Al despedirse, expresó: «Gracias a los entrerrianos, de corazón, por darnos hace un año la oportunidad de iniciar este cambio de rumbo, por permitirnos poner orden donde había desorden; poner eficiencia en la gestión donde había desidia y por permitirnos también poner luz donde había oscuridad».
«Vamos a seguir incansablemente por este camino que empezamos y no tengo ninguna dudas de que mañana va a ser mejor que hoy», remató.