El sistema de subastas virtuales en el Poder Judicial de Entre Ríos fue implementado en septiembre de 2021 y los primeros remates se efectuaron dos meses más tarde, luego de una serie de experiencias mediante una plataforma electrónica y en vivo que simulaba a los remates presenciales. A partir de la incorporación de la tecnología y la virtualidad se lograron mejores y mayores resultados en relación a la participación ciudadana.
El sistema de subastas virtuales en el Poder Judicial de Entre Ríos, a partir de la incorporación de la tecnología y la virtualidad, permitió remates masivos y con mejores precios.
Fue implementado en septiembre de 2021 con los primeros remates que se efectuaron dos meses más tarde, luego de una serie de experiencias mediante una plataforma electrónica y en vivo que simulaba a los remates presenciales.
Anteriormente, en el marco de un proceso judicial, los remates se efectuaban de manera presencial. Se realizaban en los pasillos o salones de los Tribunales y en algunas ocasiones en depósitos externos.
La subasta electrónica se había planteado como objetivo antes de la emergencia sanitaria desatada a raíz del COVID-19. Pero a partir de esa contingencia y del proceso de aceleración tecnológica que deparó para el servicio de justicia, se dispusieron los procedimientos necesarios para incorporar esa herramienta.
Los primeros intentos se realizaron a partir de una plataforma que implicaba la interacción en vivo, con un sistema semejante al de las conferencias en línea. Los interesados se inscribían previamente y la metodología del remate era similar a la empleada en los realizados de manera presencial.
Eso cambió con la propuesta de subasta electrónica con que cuenta el Poder Judicial actualmente. La iniciativa tomó el modelo de la justicia de Córdoba: se trata de remates a través de una plataforma virtual y sin interacción en vivo del martillero; la herramienta está preparada para que el martillero pueda conectarse vía streaming para transmitir en vivo, si lo desea, al momento del cierre, aunque sólo fue empleada en una ocasión.
Por su parte las personas interesadas en los bienes que salen a remate participan a través de la página con preguntas y respuestas por escrito. A eso se suma la posibilidad de llamar al martillero y efectuarle las consultas que consideren pertinentes, ya que su contacto está publicado. Se trata de recursos disponibles durante cinco días hábiles, por lo que en general la subasta dura entre siete y ocho días corridos durante las 24 horas.
Cómo se implementó
El proceso comenzó en septiembre de 2021. La comisión de Expediente Electrónico se encargó de elaborar el reglamento y la propuesta, en tanto que la Oficina de Compras y Asesoramiento del STJER licitó la contratación del servicio.
En octubre de ese año, una vez aprobado su reglamento, se creó la Oficina de Subastas Judiciales Electrónicas, que tiene jurisdicción en toda la provincia. También se realizaron capacitaciones enfocadas a la reglamentación y al uso de la herramienta por parte de todos los organismos judiciales, los martilleros y los abogados matriculados de la provincia que se inscribieron. En forma conjunta con el Instituto Juan Bautista Alberdi, se concretaron durante 2022 diversas jornadas de capacitación para martilleros, en Gualeguaychú, Concordia y Paraná.
Además, se articula con todos los actores del sistema: martilleros, juzgados y postores. Es el nexo entre ellos y la empresa que presta el servicio de subastas, funcionando como un administrador de todo lo que sucede antes, durante y luego del desarrollo de cada remate.
La primera subasta electrónica que se llevó a cabo con esta nueva modalidad fue en noviembre de 2021.
Quiénes intervienen
Para formar parte de la lista de postores, los usuarios deben inscribirse previamente. Se trata de un registro global que brinda la posibilidad de participar de todos los remates. Los usuarios son anónimos y tienen un pseudónimo. Solamente el martillero, el Juzgado y el administrador del Poder Judicial saben quién es el postor ganador cuando termina la subasta, para evitar que cualquiera pueda influir sobre otro postor durante el desarrollo.
Puede participar toda persona con DNI argentino desde cualquier parte del mundo. No obstante, al ser un proceso judicial, la persona tiene que intervenir con patrocinio de un profesional matriculado en la provincia para seguir el trámite.
Realizada una compra se cumplen los trámites administrativos de rigor y se define la entrega del bien subastado.
Actualmente, Entre Ríos cuenta con 5.614 personas físicas registradas y 104 empresas.
Paso a paso
A través de una resolución o decreto, un organismo judicial dispone la subasta de un bien en fecha determinada y con la intervención de un martillero designado previamente. Luego de eso se realiza el remate a través de la plataforma, se reciben las ofertas y definido el postor ganador, el trámite sigue en el marco del proceso judicial en el que fue dispuesto.
En la interfaz de la página se pueden visualizar los bienes que salen a remate, los próximos a subastarse, la resolución que define los términos y condiciones de la subasta, el contacto del martillero, el detalle de la oferta, y las preguntas y respuestas que se realizaron.
Las subastas se hacen en tiempo real pero no hay una interacción. El sistema sólo permite que el martillero, vía streaming, pueda conectarse y hablarle al universo de postores, pero no recibe consultas en vivo. Sólo puede recibir preguntas a través de la plataforma, que son visibles para todos.
La subasta dura cinco días hábiles y dispone del minuto de ley: si el día de cierre, a menos de un minuto del final, se envía una oferta, la subasta se prorroga automáticamente por idéntico lapso. Así pueden darse tantas prórrogas como ofertas vayan ingresando.
De esta manera una subasta que está programada para terminar a las 11 puede finalizar una o dos horas después. Es algo similar a lo que sucede en el remate en vivo: la gente levantando la mano o apretando el botón haciendo su oferta una detrás de otra.
Si el ganador no asume su obligación de pago es pasible de sanción por parte del organismos judicial interviniente y se ofrece el bien al segundo o tercero. Sin embargo no están obligados a comprar, por eso existe la posibilidad de que la subasta fracase y deba realizarse otra vez. Se trata de situaciones poco frecuentes ya que el índice de remisos no alcanza el 5%.
En otras ocasiones el remate puede cesar porque las partes llegan a un acuerdo y la persona paga antes de que se haga la subasta.
Transparencia y masividad
Desde el inicio del sistema los avisos de subastas se publican en el Boletín Oficial y en un diario local, difundiéndose también por redes sociales e internet. A eso se suma la difusión que el proveedor del servicio hace a través de su página web y la que los martilleros realizan por sus medios y canales.
La virtualidad aumentó el número de participantes, Alejandro Roldán, a cargo de la Oficina de Subastas Electrónicas, sostiene que “en una sala antes podía llegar a haber entre 10 y 50 personas, ahora se cuenta con la participación de hasta 6.000 personas”.
Asimismo, expone que se brinda una mayor transparencia y más posibilidades de obtener mejores precios. En ese sentido explica: “La persona a quien se le remata el bien, si bien se ve despojado de su inmueble o producto, es probable que luego del remate cumpla con el pago de su crédito de manera total”. Y agrega: “El sistema va logrando cada vez más aceptación, tanto por parte de los martilleros como de las partes del proceso judicial”.