Estamos muy contentos, de verdad, de poder estar hoy, en Entre Ríos, anunciando las cosas y, puntualmente, aquí en “la histórica” anunciando las cosas, que estamos anunciando. Porque la verdad es que nosotros hemos pasado un tiempo muy difícil, entre la pandemia, la guerra, lo que heredamos, pero nunca bajamos los brazos y siempre quisimos llevar adelante un proceso de recuperación, de la Argentina, que la Argentina lo necesitaba, que la Argentina lo necesita. Y la verdad es que esa recuperación a todos incluye, no hay sectores excluidos; con Gabriel Katopodis -mí querido ministro de Obras Públicas- siempre revisamos; tenemos una tranquilidad, no hay un solo municipio, de la Argentina, que no haya recibido obra pública, del Estado nacional, no hay uno. No hay ni un solo municipio, a nadie le preguntamos cómo piensan, a nadie le preguntamos de qué color es su bandera política, a todos, a todos, a todos fuimos a auxiliarlos; porque la verdad es que más allá de la coyuntura política aquí viven argentinos y argentinas y en cada rincón de la Argentina de los argentinos y argentinas. Y es eso lo que nos debe convocar, y es eso lo que nos debe preocupar, mejorar la vida de esos argentinos y argentinas.
Y yo estoy empecinado en hacerlo, empecinado; y estoy empecinado de hacerlo de distintos modos. Hoy acá venimos a poner en marcha obras viales que -como bien dijo el Gobernador- hacen falta para el desarrollo de la región. A poner en valor un sitio histórico de la magnitud, del Palacio San José, en un día singular, en una batalla qué – de algún modo también – muestra las divisiones de la Argentina. Y tal vez es un día propicio para, pensando en esa batalla, tratar de hacer algo más por terminar las divisiones en la Argentina. Porque la verdad es que dividido, todo es más difícil; es mucho más fácil hacerlo unidos, juntos. Entender que si unimos esfuerzos es más fácil ganar, es mucho más fácil. Y que el esfuerzo necesita de cada argentino y de cada argentina, no lo puede hacer un presidente solo, un Gobernador en soledad o un Intendente solitariamente; podemos hacerlo si tenemos la vocación de hacerlo y si tenemos la decisión de hacerlo.
Y lo que abrazamos las políticas sabemos que nosotros queremos llegar a estos lugares, a estos puestos para mejorar la vida de ustedes, esa es nuestra única obsesión: mejorar la vida de cada uno de ustedes; y la vida se mejora de mil modos, se mejora con el turismo. Miren, no hubo ninguna actividad en la pandemia, que haya sufrido tanto, tanto como el turismo y la gastronomía. Apenas empezó la pandemia me reuní con ellos y les dije: “bueno, quédense tranquilos nosotros vamos a ver cómo los ayudamos”. Y sacamos un plan, que era la asignación al trabajo y la producción, el ATP; y le pagamos el sueldo a todos los trabajadores gastronómicos; del ATP casi el 75/80 por ciento fue a parar a manos de empresas de gastronomía y empresas hoteleras.
¿Y por qué lo hicimos? Porque, en verdad, lo que queríamos era que nadie pierda su empleo y que ninguna de esas actividades se cierre, porque la pandemia iba a pasar y al día siguiente íbamos a poder recuperar todas esas actividades. Y la verdad es que tuve razón, y la verdad que – pese a que algunos me criticaron – si tuviera que enfrentar eso hoy lo volvería a hacer; porque cuando veo hoy lo que vi en la Isla del Puerto me di cuenta de que no estaba equivocado. Cuando veo que, hoy, la industria hotelera, la industria gastronómica está a full, ahora resulta que las quejas que yo escucho es que para ir a comer hay que esperar dos horas. Bueno, bienvenido sea, bienvenido sea; eso es más trabajo, eso es más alegría, eso es más disfrute para los argentinos y las argentinas.
Este millón de personas que vinieron, a Entre Ríos, en este enero, tiene que ver con un movimiento turístico que hemos tenido en todo el país y que es récord histórico, histórico; muchas veces decimos: “bueno, pero no tomemos datos del turismo porque finalmente son 4 millones, 5 millones de gente que puede, se mueve y nosotros creemos que eso son los que llenan los restaurants”. 22 millones de argentinos viajaron – este año – en la Argentina; salieron de sus casas buscando un lugar como la Isla del Puerto para venir a descansar. 22 millones de argentinos y argentinas.
Eso quiere decir que estamos moviendo la economía; eso quiere decir que estamos progresando; eso quiere decir que el desarrollo empieza a verse. ¿Y eso cómo lo hicimos? Trabajando juntos, escuchándonos, viendo a ver cómo salimos adelante; y es ese el secreto del futuro, de la Argentina. El futuro de la Argentina es bajar el barullo de los que gritan y escuchar más la voz silenciosa de los que necesitan y quieren vivir en un país mejor.
Hoy acá estamos poniendo en marcha obras públicas; con Gabriel llevamos 5.800 obras públicas iniciadas, en toda la Argentina. Esto es un récord histórico, pues nunca hubo un Gobierno que haya hecho 5.800…, que haya puesto en marcha 5.800 obras públicas en un mandato. Y hemos concluido 2.900; de esas 5.800, 2.900 están concluidas. Se terminaron, se entregaron, están en marcha; yo de las 2.900 debo haber ido a 20 ó 30; las otras se inauguraron solo porque las inauguraron ustedes. Ustedes inauguraban los caminos, ustedes inauguraron las rutas, ustedes inauguraban la llegada de agua potable, ustedes inauguraban las plantas de saneamiento de aguas servidas; eso ocurría, ocurría, ocurría, ocurría en silencio. No se daban cuenta, pero lo cierto es que hay 2.900 obras concluidas, terminadas; de esas 5.800, ya no me acuerdo el número, porque todos los días me los cambia “Kato”, como sigue firmando acuerdos ya todos los días me crecen la cantidad de obras.
Eso habla de una Argentina que piensa en su desarrollo, hoy estoy acá en una ciudad hermosa, la ciudad de mí querido “Laurito”, a quien tanto quiero, que además de haber sido un extraordinario Intendente, ha dejado a un extraordinario discípulo, ha dejado a un extraordinario discípulo, hay que también decirlo. Y hoy estamos acá trayendo estas obras: mejorar el Palacio San José, que es un lugar histórico -sin duda- más allá de las diferencias, Urquiza fue un hombre que es parte de la historia, sin ninguna duda.
Me contaba recién el Gobernador que 20 días de que lo mataran a Urquiza ahí lo visitó a Sarmiento siendo presidente y advirtiéndole que su vida corría peligro. Cómo no preservar ese lugar, fíjense los hombres que pasaron por ese lugar, cómo no preservarlo, cómo no cuidarlo, cómo no ponerlo en valor. Yo preguntaba, pero el Palacio San José era el lugar donde vivió Urquiza; sí, vivía casi ahí, atendía ahí, su vida transcurría ahí; tenía una casa en Paraná que ahora es una oficina de correo, vamos a volver a hacer que sea la casa donde vivió Urquiza. Te lo garantizo, lo vamos a hacer, lo vamos a hacer.
Y así como hoy estoy acá, ayer estuve en El Impenetrable; en un pueblito donde vivían 4.500 personas. Si yo pregunto acá, levante la mano alguien que ha viajado al impenetrable, ¡Dos! Bueno, Yo viajé, viajé dos veces, pero no voy a mentir, siendo presidente; siendo ciudadano no se me ocurrió viajar al Impenetrable. El Impenetrable es un lugar impresionante, 3 millones y medio de hectáreas de monte, nunca vi una cosa igual, y allí se radican argentinos y argentinas a vivir. Ahora, llevar obras al Impenetrable es muy difícil, se llama Impenetrable, como su nombre lo indica, es muy difícil acceder al Impenetrable. Y anteayer fuimos y llevamos un Centro de Primera Infancia, de los 500 que estamos construyendo, donde ya entregamos quince, y doce en Concepción ya entregamos, quince entregamos en el Chaco; ayer entregamos uno en Fuerte Esperanza, donde también llevamos agua potable a gente que no la tenía, desarrollamos un acueducto, de 130 kilómetros, para todo El Impenetrable, para llevar agua a todo el Impenetrable, para gente que no lo tenía. Y también llevamos conectividad, porque hoy en día estar sin internet, sin acceso a la internet, es estar muy perdido en el mundo, lo hicimos ayer en El Impenetrable; hoy estamos haciendo esto en Concepción, el lunes vamos a estar con Alberto inaugurando la casa 85 mil que hayamos entregado. Hicimos hasta acá 85 mil viviendas para argentinos y argentinas.
Yo quiero contarles algo muy íntimo que me pasa: no hay mejor momento – que yo viva como presidente – que el instante en que le entrego las llaves de la casa a alguien que no la tenía, créanme que es un momento inigualable, en ese momento todos lloran, se les llenan los ojos de lágrimas al padre, a la madre, a los chicos, todos lloran, ¿saben por qué? Porque en ese momento les está cambiando la vida a esa familia, a esa familia que vivía en la piecita del fondo, que le daban sus padres, o que alquilaban, o que algún hermano lo cobijaba, empieza a tener su casa, para él, para sus hijos, para ella, para sus hijos, es un momento inigualable. Hemos entregado – hasta acá – alrededor de 75 casas por día, por día, y eso me hace muy feliz, y cuando entreguemos la casa 100 mil, que eso va a ocurrir a fines de marzo – calculo yo – ese día voy a celebrar yo, en mi intimidad voy a celebrar que, a 83 familias argentinas, por día, les resolví el problema de la vivienda.
Eso lo hacemos porque estamos convencidos que así debe ser, porque estamos convencidos que donde hay una necesidad hay un derecho, y que, si aquí necesitan rutas, hay que tener rutas; y si aquí necesitamos poner en valor al Palacio San José, hay que hacerlo; y si tenemos que desarrollar el turismo para que Entre Ríos muestre toda la maravilla que es, hay que ayudarlo. Entonces, El Impenetrable anteayer; hoy el lunes, Entre Ríos, y el martes o el miércoles Tierra del Fuego, ¿qué voy a hacer a Tierra del Fuego? Voy a inaugurar el edificio de la Universidad, de Tierra del Fuego.
Ustedes dirán por qué me cuenta todo esto, porque quiero mostrarles todo esto, porque quiero mostrarles que, en el norte, que en el centro y que en el sur hace falta que el Estado esté presente, el norte llevando cosas tan elementales. Ayer presentamos, en el Impenetrable, un programa que se llama “MI Baño”, que es la posibilidad de que cada uno tenga un baño. Claro, para muchos de los que están acá, para un porteño, suena raro decir, ¿cómo un plan para hacer baños? Sí, hay que hacer, porque hay mucha gente que carece de eso en la Argentina, y en ese norte tan olvidado, nadie se ha ocupado de que tengan un baño digno.
Hoy estoy acá disfrutando del turismo, poniendo en valor el Palacio San José, hablando de rutas, hablando de producción, hablando de crecimiento, y la semana que viene vamos a estar inaugurando casas, el lunes, en Paraná, con Alberto, y vamos a estar, en Tierra del Fuego, creando el edificio, poniendo en marcha el edificio de la Universidad de Tierra del Fuego, y ustedes dirán ¿por qué me cuenta esto? Porque allá, en Tierra del Fuego, ustedes porque disfrutan del Colegio Nacional, y tienen acá la Universidad Tecnológica, y universidades, tienen la Universidad de Entre Ríos y otras universidades a las que pueden acceder, pero allá, en Tierra del Fuego, hay que darles estudio también a los que viven en esa isla, donde el mundo se termina, la capital de las Islas Malvinas. A ellos también hay que darles derechos, en un tiempo – además – donde el conocimiento es la mayor riqueza que tienen las sociedades. Esa es la Argentina que nosotros entendemos, no entendemos otra Argentina, necesitamos una Argentina donde todos tengan la posibilidad de desarrollarse, crecer, ser felices, en el mismo lugar donde nacen.
Yo soy un porteño, soy feliz de ser un porteño, amo a mi ciudad, pero soy hijo de un riojano, y he visto lo que el norte argentino ha padecido y padece, y la verdad yo amo vivir en esa ciudad – que se llama Buenos Aires – amo toda su cultura, pero cuando la veo tan opulenta y voy a un lugar donde celebran que el Estado le haga un baño a alguien, me siento muy mal, me siento muy mal, siento que no es justo ese país en el que vivimos, y lo que quiero es hacer justicia, poder ir cubriendo derechos que la gente necesita, porque contar con una universidad no es una dádiva de un presidente a un pueblo. No, es un derecho que tienen los fueguinos de poder estudiar en el lugar donde nacieron, y poder tener casas, en Paraná, no es un regalo del Presidente, es un derecho que tienen los paranaenses a tener su casa, y poder disfrutar de estas playas, y poder explotar el turismo – en una ciudad como Concepción – como “la histórica” no es un derecho, no es un regalo del Gobierno, es un derecho que tienen ustedes, a producir, a dar trabajo, a disfrutar de su tierra.
El verdadero federalismo no pasa solo por ver cómo distribuimos dinero, el verdadero federalismo pasa por garantizar que cada argentino y cada argentina, allí donde haya nacido, tenga la posibilidad de crecer, de estudiar, de tener trabajo, de hacer su familia, de vivir feliz, de divertirse y de poder morir en el mismo lugar donde nació, después de haber tenido una vida digna, en el lugar donde nació, cuando eso lo logremos, la Argentina va a ser un país federal.
Yo por lo pronto – y para terminar – estoy muy contento de estar aquí con ustedes, de verdad, de verdad. No sé cuántos de ustedes piensan como yo, lo que estoy seguro es que todos queremos que a la Argentina le vaya bien, que todos queremos que vivamos mejor todos los argentinos y todas las argentinas. Yo – entre las suertes que he tenido como Presidente – no he tenido muchas, les confieso, porque en verdad dos años de pandemia, dos años de guerra, la suerte no me caracteriza, pero alguna suerte he tenido, y una de las suertes que he tenido es que mi amigo Gustavo Bordet haya sido el Gobernador de Entre Ríos y me haya ayudado como me ha ayudado a gobernar la Patria.
Y la tranquilidad que tengo es que nunca me olvidé, de Entre Ríos, nunca. La ejecución presupuestaria en la provincia se incrementó – entre el 2019 y el 2023 – al 782 por ciento; en el año 2022 la provincia ejecutó el 117 por ciento de su crédito vigente. Estos datos son méritos de él, no son méritos míos, son méritos de él. Y la cartera plurianual que le correspondió a las provincias y a la provincia de Entre Ríos, es de 81.092 millones de pesos, que el Estado Nacional está aportando para que Entre Ríos crezca.
Nunca nos hemos olvidado, de Entre Ríos, siempre estuvimos al lado del gran Gobernador que tienen, al lado de cada Intendente, al lado de cada Intendente que viaja, que pide, reclama para sus ciudades y para sus provincias. Y algunos seguirán enojados; otros seguirán criticando, pero estoy convencido, cada día más convencido de que es el tiempo en que el barullo de la política se calme un poco y empiece a sonar la sonrisa de la gente.