A partir del 1° de agosto, las líneas de colectivos urbanos dejarán de circular en la ciudad debido a la quita de subsidios por parte del gobierno provincial. La medida, comunicada oficialmente esta semana a las prestadoras del servicio, impactará de lleno en la movilidad diaria de cientos de uruguayenses que dependen del transporte público para trabajar, estudiar o realizar trámites esenciales.
La noticia generó un fuerte sacudón en la comunidad local. Las empresas encargadas del servicio confirmaron que “afrontar los costos de manera individual es imposible”, según declaraciones brindadas a LT11. La falta de respaldo económico por parte del Estado provincial las obliga a cesar totalmente sus operaciones desde el jueves.
Ante la gravedad de la situación, los representantes de las líneas afectadas serán recibidos mañana por el intendente José Eduardo Lauritto. La reunión busca encontrar alternativas que permitan sostener, al menos parcialmente, la prestación del servicio o definir soluciones paliativas mientras se resuelve la cuestión de fondo.
La decisión de la Secretaría de Transporte de la Provincia —que también afecta a otros municipios— se hizo efectiva esta semana, pero su impacto en Concepción del Uruguay ya se siente con fuerza: preocupación en los barrios, incertidumbre en los trabajadores y estudiantes, y un malestar creciente entre los usuarios habituales que temen quedar aislados dentro de la propia ciudad.
Mientras tanto, los vecinos siguen atentos al resultado del encuentro en el Palacio Municipal. La expectativa está puesta en que el intendente logre gestiones que frenen el colapso total del transporte urbano o, al menos, establezcan un esquema de contingencia.
Lo que está claro es que, si no hay una intervención inmediata, desde este jueves Concepción del Uruguay amanecerá sin colectivos. Y con ello, cientos de vidas cotidianas quedarán suspendidas.