A 40 años de la recuperación de la democracia, ¿qué democracia tenemos?

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En ocasión de los 14 años del fallecimiento del ex presidente, Dr. Raúl Alfonsín, el periodista Fabián Galarraga propone reflexionar acerca de los 40 años de democracia ininterrumpida, que se cumplirán en diciembre de este año. Además, en el marco del 41 aniversario de la gesta de la Guerra de Malvinas.

En ese sentido, Galarraga propone una pregunta disparadora: ¿Qué democracia tenemos?

Para el periodista uruguayense, aún vivido el terrorismo de Estado, es necesario desandar la naturalización de esa etapa, desarmar la instalación de un pensamiento negacionista y, por ende, que invisibiliza los crímenes de lesa humanidad.

Aún hoy constituyen un dolor en la sociedad, por las vidas perdidas pero también un llamado a tener memoria, para advertir que nunca más sucederá. Ni el terrorismo de Estado ni una guerra como la de Malvinas.

El negacionismo, menciona el periodista, pero también el intento de proscripción a ciertos candidatos o partidos “debe generar un alerta en la sociedad”, comenta. Puesto que la democracia incentiva la pluralización de voces, el derecho a la participación y a la opinión, es menester alentar los espacios donde ellos se desarrollan. Es decir, en la propia sociedad.

Sin embargo, “¿hacia dónde nos conduce el odio por quien piensa distinto?”, se pregunta el periodista. “En el sentido humanístico vamos retrocediendo cada vez más”, agrega.

La cultura de la cancelación, que propone acallar las voces contrarias a las propias visiones, perjudica a los sistemas y mecanismos democráticos que hoy, más que nunca, deben ser protegidos, fomentados y accionados. Por ello, los 40 años de democracia que se cumplirán el próximo diciembre, y no sólo, es una ocasión para reivindicarla.

A pesar de ello, debemos reconocer que en materia de derechos la sociedad ganó un poco más. Si bien el recorrido por alcanzar más de ellos, sobre todo garantizarlos, es aún prometedor, no se debe desistir de este desafío. La democracia nos invita a participar, a comprometernos en aquellas causas que creamos justas.

Por ello, Galarraga propone que en el plano político es necesario acudir a un escenario de debate concreto. Los frentes políticos y las personas que participan en ellos, deberían posicionarse con convicción para accionar en pos del bien común. “Es momento de que las internas políticas y los partidos jueguen en serio y que los distintos sectores puedan participar con reglas de juego claras”, indica el periodista.

Para Galarraga, llegó el momento de definiciones, más responsabilidades y de abandonar la especulación. En tanto, “el oficialismo se encamina en la tarea más compleja por lo que representan, para demostrar que están a la altura de las circunstancias que nos convocan en la actualidad. Por su parte, la oposición tendrá que demostrar que no es solo publicidad, sino ocupar el espacio para presentar propuestas igual convincentes”.

En tanto, apuntó que la sociedad desde su lugar debe avizorar esperanza. Ello será posible siempre y cuando las garantías y las convicciones sean tangibles. “El gran desafío que tiene la dirigencia de Concepción del Uruguay es volver a generar confianza, volver a enamorar de la política y de este sistema en el que vivimos hace 40 años ininterrumpidamente. La democracia”, cerró Galarraga.

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